Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa.

Gilles Deleuze,
Nietzsche y la filosofía

jueves, 6 de mayo de 2010

El espíritu libre - o la madurez es volver a encontrar la seriedad con que uno jugaba cuando era niño.

Tampoco un investigador o científico puede escoger a capricho los regímenes políticos. En general, los acepta al principio como cualquier ciudadano, como súbdito leal. Cuando la situación se hace completamente anormal y cuando nadie desde fuera le protege contra el terror interior, él mismo tiene que determinar los límites de su lealtad, sobre todo cuando las circunstancias se tornan tan anormales que ni siquiera se conoce la verdadera posición del amigo más próximo. El deber de desencadenar una guerra civil, de sabotear y de hacerse mártir tiene sus límites. Es problema de las víctimas de tales situaciones, y no sólo se debe juzgar desde fuera. Platón fue colaborador del tirano de Siracusa, y enseñó que no se debe negar un consejo bueno ni siquiera al enemigo. Tomás Moro, el patrono de la libertad espiritual, pasó por muchos estadios e hizo concesiones asombrosas al tirano antes de llegar al punto de convertirse en santo y mártir. Además, en todas las épocas de concentración del poder vale para cada publicista la frase antigua de las Saturnales de Macrobio: non possum scribere in eum qui potest proscribere [no puedo escribir contra quien puede proscribir].
En el verano de 1938 se publicó en Alemania un libro en el que se lee: “Si un país llega a tal punto que solamente se admite la publicidad organizada por el poder estatal, el alma del pueblo emprende el camino misterioso que conduce al interior; entonces crece la fuerza contraria del callar y del silencio”. Benito Cereno, el héroe del cuento de Herman Melville, se elevó en Alemania a símbolo de la situación de la inteligencia en un sistema de masas. En Septiembre de 1939 se publicó Sobre los acantilados de mármol, de Ernst Jünger, un libro que describe con gran audacia los abismos que se esconden tras las máscaras del orden del nihilismo. Muchas auténticas obras de arte, incluso de la tendencia pictórica entonces discriminada, se produjeron a pesar del control fanático, y encontraron protección y fomento eficaces. En todos los sectores de las ciencias naturales y del espíritu se descubrirán trabajos importantes, si no falla aquí de repente la curiosidad intelectual (*). El espíritu, según su esencia, es libre, y lleva consigo su propia libertad. Tiene que probarla incluso en las situaciones peligrosas de una moderna organización de masas.

Carl Schmitt, Ex captivitate salus - la salvación (o la salud) a través del cautiverio (o la pena) (1945-46).



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(*) Lo que en Carl Schmitt me ha llamado siempre la atención, lo adorable de Carl Schmitt, lo que incita a quererlo, es que aún es capaz de asombrarse, pese a haber sobrepasado los cincuenta. La mayoría de personas, y ello ocurre muy pronto en la vida, acoge un hecho nuevo tan sólo en la medida en que guarda relación con su sistema o con sus intereses. Falta el gusto por los fenómenos en sí mismos, o por su diversidad – falta eros con que el espíritu acoge una impresión nueva como se acoge un grano de semilla.


Ernst Jünger, Radiaciones, Diarios de la segunda Guerra Mundial (1939).

5 comentarios:

Unknown dijo...

El texto habla de la necesidad de libertad que posee el ser humano, su espíritu, su naturaleza. Al comienzo del texto dice que aun siendo científico o investigador (supuestamente personas cultivadas), te adaptas inicialmente al régimen político, sociedad del momento. Probablemente por miedo, como dice en esta frase: "[no puedo escribir contra quien puede proscribir]" esto quiere decir que no se puede criticar a quien tiene el poder, ya sea para exiliarte, ejecutarte... (proscribir).

Pero llega cierto momento en el que si dicho régimen o sociedad se vuelve tan oscura, hasta llegar el punto en el que sabes que es necesario un cambio, una mejoría; mas que saberlo, lo necesitas, entonces es cuando te cuestionas la posibilidad de una revolución.

Actualmente, podemos encontrar estos signos de protesta. Si veis las noticias os sonarán Las Damas de Blanco, mujeres que se manifiestan por la liberación de sus familiares, arrestados por ejercer la libertad de expresión y libertad.

Estas mujeres, obligadas a llegar a esta posición, y cuando digo obligadas no me refiero a fuerzas ajenas sino a su espíritu, el cual llegado a cierto límite es incapaz de reprimirse y hace salir todo aquello que se ha mantenido guardado por ese miedo durante tanto tiempo.

En el texto habla de algo parecido pero llevado el mundo de las ciencias y recalca que para que sea posible el continuo desarrollo en el campo de las ciencias no debe de decaer o perderse el amor a la sabiduría, es decir, el interés por aquello que es ajeno a nuestro entorno.

Pero en esencia, más allá del mundo científico, da lo mismo seas quien seas, la intención del espíritu o naturaleza humana de comprobar su capacidad para hallar la libertad siempre estará presente y seremos testigos siempre y cuando hallan personas oprimidas.

Sandra Gómez dijo...

Buenas ; )



En mi opinión el texto trata la libertad de las personas, y de su comportamiento ante el miedo todo esto enfocado en un ambiente político.


Al principio dice que todas las personas asumimos los regímenes políticos sin más, sin oponernos, pero cuando la situación se vuelve anormal y las circunstancias empeoran surge el miedo.


A partir de ese momento se empiezan a vislumbrar los límites de la lealtad, es decir, se empieza a ver el final del cumplimiento de lo exigido por las leyes de la fidelidad y del honor. Entonces se empieza a manifestar el espíritu para intentar conseguir un cambio, ya que su libertad de esta manera esta restringida y como dice el texto “El espíritu, según su esencia, es libre, y lleva consigo su propia libertad”.


Hablando sobre la política, cuando ha mencionado a Tomás Moro me ha venido a la memoria un libro suyo “Utopía” en el cual nos comenta y explica la organización de una isla, cuyo sistema político es una república ideal con igualdad de bienes, como en “La República” de Platón, en la cual se asegura a todos sus habitantes un mínimo de felicidad a cambio de su trabajo.

Cristina dijo...

Está claro que nuestra actualidad no es igual que hace ochenta años. Hoy en día, se permite la libertad de expresión, aunque sigue habiendo países que privan de este derecho.

En la primera mitad del siglo pasado, la libertad de expresión era inexistente en una sociedad de subordinados y subordinantes, donde había mucho que perder y poco que ganar. Eran oprimidos y apartados a un tercer lugar, donde no se tenían en cuenta, y los más débiles no rechistaban las leyes injustas impuestas, principalmente por temor.

En nuestra sociedad, en cierto sentido nuestra libertad también se muestra limitada por una serie de leyes, pero en cierto modo nos guían a hacer lo correcto.

Hay que decir que cuando se tiene el máximo poder, deja de existir lo demás y se pasa por encima de las persona, haciendo daño y pisoteando sus derechos. Hay una frase de Shakespeare que dice: " Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar. Como los hombres en la tierra: los grandes se comen a los pequeños." Y esto es verdad, porque durante la historia se ha podido ver que siempre es el mismo sistema.

Pero hay que tener en cuenta a aquellas personas, aquellas que se atrevieron a denunciar públicamente los fallos de esos regímenes, que defendían el derecho a la libertad. Ellos fueron realmente los valientes de su época, haciendo que hoy en día tengamos una sociedad diferente.

irene dijo...

Estoy de acuerdo con Cristina.Hoy en día el poder lo es todo y aunque se tienen en cuenta los derechos humanos mas que en el pasado, realmente es como una especie de tapadera para tener al pueblo contento.

El año pasado en ética Angel decía que "mi libertad acaba donde empieza la del otro". Está claro que debería ser así, pero aunque intentan vendernos esta imagen, aquel que es poderoso no la cumple y la sociedad o no se entera o ni siquiera lo ve mal.

Se supone que somos libres, pero en cierto modo no lo somos. Si yo soy libre pero tu lo eres mas por tener mas dinero o poder, entonces ese no es el concepto de libertad que se supone que se establece.

La verdad es que en España no nos podemos quejar, pues somos bastante democráticos y no es que violemos demasiados derechos, o al menos no de una forma muy directa. Pero hay otros lugares en los que si que se hace, por lo que, por lo visto ese concepto tan "universal" de libertad resulta que no existe.

Blanca María Gómez dijo...

Considero que el texto trata de como el ser humano es un espíritu libre, pero ante personas más cultivadas respecto la política intentan no dar su opinión y se dejan influenciar por las politicas de estos. No comentan ni dan su voz o voto, tan solo obedecen quizás,por miedo de que puedan sus palabras o pensamientos puedan ser corregidos.
Los seres humanos solo actúan cuando ya se ven afectados por estos régimenes políticos. Actuan de modo revolucionario y comienzan a sacar a la luz su espíritu libre demostrando sus pensamientos e ideales.

En conclusión, el ser humano en el mundo científico va en busca de la libertad aunque se vea oprimida en alguna ocasión

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