Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa.

Gilles Deleuze,
Nietzsche y la filosofía

jueves, 25 de marzo de 2010

Neko z Alenky - Jan Svankmajer.

Jan Svankmajer (Praga, 1934) ocupa un lugar excepcional en la cinematografía animada y no animada contemporánea, junto a los Quay Brothers y también, aunque me pese -hay que decirlo- Tim Burton. Sus películas, marcadas por el surrealismo -lo tenebroso y lo siniestro- y una inclinación acentuada hacia todo lo absurdo, fueron laureadas, aunque casi nadie lo sepa, en muchas partes del mundo. Además de director fílmico y animador, Jan Svankmajer es también artista gráfico, escultor, poeta y diseñador.
A Jan Svankmajer le gusta experimentar, esto es, soñar despierto. La imaginación de Jan Svankmajer parece no tener límites. En sus películas nada es imposible - los cajones devoran a seres humanos y los ojos deambulan por las calles. Objetos de uso cotidiano, como el tenedor o la silla, adquieren vida y se transforman en sujetos activos (muñecos) que alternan la interpretación de un personaje ausente. No podemos olvidar, antes de sumergirnos en lo onírico, la omnipresente presencia de las siniestras y silentes marionetas sin hilos...




lunes, 22 de marzo de 2010

La dura roca de la matemática pura - 3 es un número primo porque así es.


“La certeza de las matemáticas” dice Whitehead (La ciencia y el mundo moderno), “depende de su generalidad completamente abstracta”. Cuando afirmamos que 2 + 3 = 5, estamos afirmando que hay una relación entre tres grupos de “cosas”; y que estas “cosas” no son ni manzanas ni peniques, o cosas de un tipo o de otro, sino sólo cosas, “cualesquiera cosas”. El significado de esta afirmación es enteramente independiente de las individualidades de los miembros de cada uno de los tres grupos. Todo “objeto”, “entidad” o “relación” matemática, tales como “2”, “3”, “5”, “+” ó “=” y todas las proposiciones matemáticas en las que aparecen son completamente generales en el sentido de que son completamente abstractos.
Dicho significado es importante, y los lógicos hacen bien en insistir sobre él, pues contiene una verdad evidente que mucha gente, que debería conocerla, es propensa a olvidar. Por ejemplo, es bastante corriente que un astrónomo o un físico afirme que ha encontrado una “demostración matemática” de que el universo se debe comportar de una determinada forma. Tales afirmaciones, interpretadas literalmente, no tienen sentido. No puede ser posible probar matemáticamente que mañana habrá un eclipse, porque estos, como otros fenómenos físicos, no forman parte del mundo abstracto de las matemáticas.

Hardy, G. H. (1877-1947) Apología de un matemático (1940).

domingo, 21 de marzo de 2010

La desilusión de la ilusión - el desasimiento crítico de un lector de Hume, Schopenhauer y Nietzsche.


¿Qué querrías pedirle a la filosofía? ¿Que te alimentara con golosinas y te arrullara en tus errores esperando que te arrebatase la muerte antes de que hubieras entendido nada? Ah, la sabiduría es más punzante que la muerte y sólo el valiente puede amarla. Cuando en la intensidad de la pasión cae súbitamente el velo, nos deja desnudos de todo cuanto creíamos poseer, heridos y destinados a una revelación no terrenal, paseando muertos entre los vivos, sin saber lo que parece que sabemos, sin amar lo que parece que amamos, pero transportados ya a un invisible paraíso donde no existe ninguna de estas cosas, sino un solo compañero, sonriente y silencioso, que día y noche permanece a nuestro lado y que moviendo gentilmente su cabeza nos invita a decir: No, no a todas nuestras locuras.

George Santayana, Locura normal.

viernes, 19 de marzo de 2010

Ser de verdad pragmáticos.




Imagina que conduces un coche por la autovía a 120 Km/h y, de repente, se te cruza un animal de cualquier especie.


¿Cuál sería la elección racional?



1) Acelerar. (Cuanto más rápido mejor se pasa el trago).
2) Frenar. (Cuidadín, cuidadín, tocando el claxon).
3) Esquivar. (Daré un volantazo, así como el que no quiere la cosa).
4) No lo sé. (Vamos a morir, todos, sin remisión).
5) Seguir recto. (La ataraxia, búscalo en la wikipedia).
6) ¿Para qué conducir? (¿Por qué no puedo quedarme tranquilo en mi habitación?).



“Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección”.
“La prueba de toda verdad reside, sencillamente, en su eficacia”.
William James, Pragmatismo.

jueves, 18 de marzo de 2010

La filosofía como racionalidad teórica.


VERDAD COMO IDENTIDAD (relaciones de ideas)

juicios analíticos a priori -relación necesaria y previa a la experiencia.


Después de esto, consideré, en general, lo que se requiere en una proposición para que sea verdadera y cierta, pues ya que acababa de encontrar una que sabía que lo era pensé que debía saber también en qué consiste esa certeza.

Y habiendo observado que en la proposición: “yo pienso, luego soy”, no hay nada que me asegure que digo verdad, sino que veo muy claramente que para pensar es preciso ser, juzgué que podía admitir esta regla general: que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas, pero que sólo hay alguna dificultad en advertir bien cuáles son las que concebimos distintamente.

Descartes, R., Discurso del Método.


VERDAD COMO CORRESPONDENCIA (Cuestiones de facticidad)

juicios sintéticos a posteriori -relación contingente y requiere la experiencia.


Parece evidente que si no hubiera creencias no podría haber falsedad, ni verdad, en el sentido en que la verdad es correlativa de la falsedad.

Si Imaginamos un mundo de pura materia, en este mundo no podría haber lugar para la falsedad, y aunque contuviera lo que podemos denominar “hechos”, no contendría algo verdadero, en el sentido en que lo verdadero es de la misma especie que lo falso.

En efecto: la verdad y la falsedad son propiedades de las creencias y de las afirmaciones; por consiguiente, un mundo de pura materia, puesto que no contendría creencias ni afirmaciones, no contendría tampoco verdad ni falsedad. Pero, contra lo que acabamos de decir, es preciso observar que la verdad o falsedad de la creencia dependen siempre de algo que es exterior a la creencia misma.

Así, aunque la verdad y la falsedad sean propiedades de las creencias, son propiedades que dependen de la relación de las creencias con otras cosas, no de ciertas cualidades internas de las creencias, lo que nos lleva a la adopción del punto de vista -el más común entre los filósofos- según el cual la verdad consiste en una cierta forma de correspondencia entre la creencia y el hecho.

Russell, B., Los problemas de la filosofía.

Cómo demostrar cualquier cosa. ┐(p Λ ┐p)


Bertrand Russell estaba tratando sobre los enunciados condicionales y sosteniendo que un enunciado falso implica cualquier cosa, todo. Un filósofo escéptico le preguntó:

-¿Quiere usted decir que si 2 + 2 = 5, entonces es usted el Papa?

Russell contestó afirmativamente y dio la divertida prueba que sigue:

- Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces seguramente estará usted de acuerdo en que si restamos 2 de cada lado de la ecuación, nos da 2 = 3. Invirtiendo los términos, tenemos que 3 = 2 y restando 1 de cada lado, nos da 2 = 1. Así que como el Papa y yo somos dos personas, y 2 = 1, entonces el Papa y yo somos uno. Luego, yo soy el Papa.

La filosofía como una continua liberación -la sempiterna salida de la caverna.


El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón.

Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas.

Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas.

La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre.

Así, el disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser, rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar.

Bertrand Russell (1872-1970), Los problemas de la filosofía (1912).

La filosofía como crítica racional de los prejuicios de la tradición -en busca de un mundo mejor.



Todos los hombres y mujeres son filósofos. Si no son conscientes de tener problemas filosóficos, en cualquier caso tienen prejuicios filosóficos. La mayoría de éstos son teorías que dan por supuestas: teorías que han absorbido de su entorno intelectual o de la tradición.

Dado que pocas de estas teorías se sostienen de forma consciente, son prejuicios en el sentido de que se sustentan sin examen crítico, aun cuando puedan tener una gran importancia para las acciones prácticas de las personas, y para su vida toda.

Constituye una defensa de la existencia de la filosofía profesional el que los hombres tienen que examinar críticamente estas teorías difundidas e influyentes.

Teorías como éstas constituyen el inseguro punto de partida de toda ciencia y de toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las ideas dudosas y a menudo perniciosas del sentido común acrítico. Su meta es llegar hasta el sentido común esclarecido y crítico: alcanzar una concepción más cercana de la verdad; y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana. [...]

Todos los hombres son filósofos, porque de un modo u otro todos pueden asumir una actitud hacia la vida y la muerte. Están quienes piensan que la vida carece de valor porque tiene un fin. Estas personas no ven que también puede defenderse el argumento opuesto: que si la vida no tuviese fin, carecería de valor; que es, en parte, el omnipresente peligro de perderla el que nos ayuda a cobrar consciencia del valor de la vida.

Karl Popper, (1902- 1994) Mi concepción de la filosofía (1975).

El maravilloso mundo de la lógica. ( p → p )


Tentetieso no parecía muy convencido:
-Me gustaría ver esa operación por escrito -dijo.
Alicia no pudo menos de sonreír mientras sacaba su cuaderno de notas y realizaba la siguiente operación:
365
-1
--------
364

Tentetieso tomó la libreta y estudió la operación detenidamente.
-Parece correcta... -comenzó a decir.
-Pero ¡si lo está leyendo al revés! -le interrumpió Alicia.
-¡No me había dado cuenta! - dijo Tentetieso en tono festivo mientras la niña le ponía la libreta al derecho-. ¡Ya decía yo que parecía algo raro! Como iba diciendo, a primera vista el resultado parece correcto, aunque, desde luego, no tengo tiempo de revisarlo a fondo; y viene a demostrar que hay trescientos sesenta y cuatro días al año en los que uno puede recibir un regalo de cumpledías...
-Eso es cierto -admitió Alicia.
- ...y uno sólo para regalos de cumpleaños. ¡Ya ves! ¡Te has cubierto de gloria!
-No sé qué significa eso de “cubrirse de gloria” –dijo Alicia.
- ¡No me extraña! – replicó Tentetieso, sonriendo despectivamente.
-¡No lo sabrás hasta que yo te lo explique! Quiero decir que mi argumentación ha sido “contundente”.
- No veo qué tiene que ver la “contundencia” con la “gloria” – objetó Alicia.
- Cuando yo empleo una palabra – insistió Tentetieso en tono desdeñoso- Significa lo que yo quiero que signifique…, ¡ni más ni menos!
-La cuestión está en saber -objetó Alicia- si usted puede conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
-La cuestión está en saber - declaró Tentetieso- quién manda aquí... ¡si ellas o yo!
Alicia estaba demasiado desconcertada para replicar a Tentetieso. Así es que esperó a que él mismo continuara su discurso:
- Has de saber que algunas palabras tienen un genio que... ¡vaya, vaya! Particularmente los verbos... Son los más creídos... Los adjetivos, en cambio, son los más dóciles... ¡puedes hacer lo que quieras con ellos! ¡Pero yo me las tengo tiesas con todos! ¡A mí no hay quien me arrugue! ¡Im-per-tur-ba-bi-li-dad! ¡He aquí mi lema!
-¿Querría usted decirme -le preguntó Alicia- qué significa esa palabra?
-¡Así me gustan las niñas bonitas! -exclamó Tentetieso con cara de satisfacción-. "Imperturbabilidad" quiere decir que ya está bien de hablar del mismo tema y que ya va siendo hora de que me digas qué es lo que piensas hacer, porque me figuro que no te vas a pasar la vida plantada ahí abajo.
-¡No es poco significado para una sola palabra! -comentó, pensativamente, Alicia.
-Cuando una palabra trabaja tanto -dijo Tentetieso - siempre le pago extra.
-¡Oh! -dijo Alicia, que ya no sabía qué contestar.
Carroll, Lewis, Alicia en el país de las maravillas, a través del espejo, editorial Cátedra (edición anotada de Manuel Garrido).


martes, 16 de marzo de 2010

Incipit Nietzsche

“[…] Pero escribir mejor significa también pensar mejor; descubrir cosas que son cada vez más dignas de ser comunicadas y saber comunicarlas de verdad; […] hacer de modo que todo lo que es bueno sea universal y que todo sea libre para los hombres libres; preparar en fin, este estado de cosas aún lejano en que los buenos europeos se asociarán a su grandiosa tarea: la dirección y la vigilancia de la civilización universal sobre la tierra. El que predique lo contrario y no se preocupe de escribir bien y de leer bien –estas dos virtudes crecen y disminuyen juntas– indica en efecto a los pueblos la vía que les hará ser cada vez más nacionales: aumenta la enfermedad de este siglo y se declara enemigo de los buenos europeos, de los espíritus libres

El viajero y su sombra, F. Nietzsche

lunes, 15 de marzo de 2010

Nietzsche



TEXTO:

Crepúsculo de los ídolos: «El problema de Sócrates», «La “razón” en la filosofía», «Cómo el “mundo verdadero” acabó convirtiéndose en una fábula», «La moral como contranaturaleza» y «Los “mejoradores” de la humanidad»

TEMAS:


1. «El Crepúsculo de los ídolos»: crítica de la cultura occidental.
  • 1.1. Crítica de la moral y de la religión.
  • 1.2. Crítica del concepto de Dios. El nihilismo.
  • 1.3. El vitalismo. La voluntad de poder y el superhombre.


2. «Cómo se filosofa a martillazos»: crítica de la filosofía.
  • 2.1. Crítica de la racionalidad decadente.
  • 2.2. Ser y devenir. Apariencia y realidad o "verdad".
  • 2.3. Crítica del mundo metafísico.

lunes, 8 de marzo de 2010

DESCARTES: Fragmentos (IV)

[1] No sé si debo hablaros de las primeras meditaciones que hice allí, pues son tan metafísicas y tan fuera de lo común, que quizá no gusten a todo el mundo. Sin embargo, para que se pueda apreciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes, me veo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexiones. Tiempo hace que había advertido que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho ya en la parte anterior; pero deseando yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar la verdad, pensé que debía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda con el fin de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indubitable. Así puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun cerca de los mas simples asuntos de la geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno sea entonces verdadero , resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esta suerte que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: “yo pienso, luego soy”, era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones que los escépticos no son capaces de conmoverla juzgué que podía recibirla si escrúpulos, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.

[2] Examiné después atentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que no teniendo cuerpo alguno en el que yo me encontrase pero que no podía fingir por ello que yo no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las otras cosas, seguía muy cierta y evidentemente que yo era, mientras que con sólo dejar de pensar, aunque que lo demás que había imaginado fuese verdad, no tenía ya razón alguna para creer que yo era, conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia y naturaleza todo es pensar, y que no necesita para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material; de suerte que éste yo, es decir, el alma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que éste y, aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es.

[3] Después de esto consideré, en general, lo que se requiere en una proposición para que sea verdadera y cierta; pues ya que acaba de hallar una que sabía que lo era, pensé que debía saber también en que consiste esa certeza. Y habiendo notado que en la proposición: yo pienso, luego soy, no hay nada que me asegure que digo verdad sino que me veo muy claramente que para pensar es preciso ser, juzgué que podía admitir esta regla general: que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas; pero que sólo hay alguna dificultad en notar cuáles son las que concebimos distintamente.

Discurso del método, Parte IV

ACTIVIDADES:
  • Síntesis
  • Conceptos fundamentales:
  • Otros conceptos:

sábado, 6 de marzo de 2010

DESCARTES: Humor

Descartes walks into a bar.
The bartender says: "Are you having a beer?"
Descartes says: "I think not,"
and ceases to exist.

viernes, 5 de marzo de 2010

DESCARTES: Temas de redacción

  • - Del Cogito a la demostración de la realidad extramental
  • - Dios como garante del conocimiento
  • - Duda y primer principio
  • - El ideal de la ciencia unificada
  • - El problema del conocimiento y el método
  • - Escepticismo y búsqueda de la verdad
  • - Función de Dios en el sistema cartesiano
  • - Hombre y animal. El dualismo antropológico
  • - La duda y la necesidad del método
  • - La física cartesiana. El modelo mecanicista
  • - La garantía de la verdad
  • - Libertad y determinismo
  • - Los principios del conocimiento humano
  • - Necesidad de una moral provisional cuando se derrumba el edificio teórico
  • - Primer principio y criterio de verdad