Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa.

Gilles Deleuze,
Nietzsche y la filosofía

lunes, 3 de mayo de 2010

El mito del Eterno Retorno (de lo idéntico) – o el «amor fati» como un sí (incondicional) a la vida.


«¡Alto! ¡Enano!, dije. ¡Yo! ¡O tú! Pero yo soy el más fuerte de los dos: ¡tú conoces mi pensamiento abismal! ¡Ese no podrías soportarlo!».
Entonces ocurrió algo que me dejó más ligero: ¡pues el enano saltó de mi hombro, el curioso! Y se puso en cuclillas sobre una piedra delante de mí. Cabalmente allí donde nos habíamos detenido había un portón.
“«¡Mira ese portón! ¡Enano!, seguí diciendo: tiene dos caras. Dos caminos convergen aquí: nadie los ha recorrido aún hasta su final. Esa larga calle hacia atrás: dura una eternidad. Y esa larga calle hacia adelante es otra eternidad.
Se contraponen esos caminos: chocan derechamente de cabeza: y aquí, en este portón, es donde convergen. El nombre del portón está escrito arriba: “Instante”.
Pero si alguien recorriese uno de ellos cada vez y cada vez más lejos: ¿crees tú, enano, que esos caminos se contradicen eternamente?»
«Todas las cosas derechas mienten, murmuró con desprecio el enano. Toda verdad es curva, el tiempo mismo es un círculo».
«Tú, espíritu de la pesadez, dije encolerizándome, ¡no tomes las cosas tan a la ligera! O te dejo en cuclillas ahí donde te encuentras, ¡cojitranco! -¡y yo te he subido hasta aquí!
¡Mira, continué diciendo, este instante! Desde este portón llamado Instante corre hacia atrás una calle larga, eterna: a nuestras espaldas yace una eternidad.
Cada una de las cosas que pueden correr. ¿no tendrá que haber recorrido ya alguna vez esa calle? Cada una de las cosas que pueden ocurrir, ¿no tendrá que haber ocurrido, haber sido hecha, haber transcurrido ya alguna vez?
Y si todo ha existido ya: ¿qué piensas tú, enano, de este instante? ¿No tendrá también este portón que haber existido ya?
¿Y no están todas las cosas anudadas con fuerza, de modo que este instante arrastra tras sí todas las cosas venideras? ¿Por tanto --- incluso a sí mismo?
Pues cada una de las cosas que pueden correr: ¡también por esa larga calle hacia adelante tiene que volver a correr una vez más!
Y esa araña que se arrastra con lentitud a la luz de la luna, y esa misma luz de la luna, y yo y tú, cuchicheando ambos junto a este portón, cuchicheando de cosas eternas -¿no tenemos todos nosotros que haber existido ya?- y venir de nuevo y correr por aquella otra calle, hacia adelante, delante de nosotros, por esa larga, horrenda calle -¿no tenemos que retornar eternamente?».
Así dije, con voz cada vez más queda; pues tenía miedo de mis propios pensamientos y del trasfondo de ellos.
Entonces, de repente, oí aullar a un perro cerca.
¿Había oído yo alguna vez aullar así a un perro? Mi pensamiento corrió hacia atrás. ¡Sí! Cuando era niño, en remota infancia: entonces oí aullar así a un perro. Y también lo vi, con el pelo erizado, la cabeza levantada, temblando, en la más silenciosa medianoche, cuando incluso los perros creen en fantasmas: de tal modo que me dio lástima. Pues justo en aquel momento la luna llena, con un silencio de muerte, apareció por encima de la casa, justo en aquel momento se había detenido, un disco incandescente, detenido sobre el techo plano, como sobre propiedad ajena: esto exasperó entonces al perro -pues los perros creen en ladrones y fantasmas. Y cuando de nuevo volví a oírle aullar, de nuevo volvió a darme lástima.
¿A dónde se había ido ahora el enano? ¿Y el portón? ¿Y la araña? ¿Y todo el cuchicheo? ¿Había yo soñado, pues? ¿Me había despertado? De repente me encontré entre peñascos salvajes, solo, abandonado, en el más desierto claro de luna.

Friedrich Nietzsche, “De la visión y del enigma” en Así habló Zaratustra,(1883-85).


¿Qué dirías si un día o una noche se introdujera furtivamente un demonio en tu más honda soledad y te dijera: «Esta vida, tal como la vives ahora y como la has vivido, deberás vivirla una e innumerables veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que habrán de volver a ti cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada gemido, todo lo que hay en la vida de inefablemente pequeño y de grande, todo en el mismo orden e idéntica sucesión, aun esa araña, y ese claro de luna entre los árboles, y ese instante y yo mismo. Al eterno reloj de arena de la existencia se le da vuelta una y otra vez y a ti con él, ¡grano de polvo del polvo!?» ¿No te tirarías al suelo rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te hablara? ¿O vivirías un formidable instante en el que serías capaz de responder: «Tú eres un dios; nunca había oído cosas más divinas?» Si te dominara este pensamiento, te transformaría, convirtiéndote en otro diferente al que eres, hasta quizás triturarte. ¡La pregunta hecha en relación con todo y con cada cosa: «¿quieres que se repita esto una e innumerables veces más?» pesaría sobre tu obrar como la carga más pesada! ¿De cuánto amor hacia ti y hacia la vida habrías de dar muestra para no desear nada más que confirmar y sancionar esto de una forma definitiva y eterna?


Friedrich Nietzsche, “La carga más pesada” §341 en La gaya ciencia (1882).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio Clavel

Según dice el segundo texto, nos pregunta si nos atreveríamos a volver a pasar cada una de las cosas que hemos vivido, yo pienso que no, ya que a pesar de volver a vivir todos esos momentos felices, tambien volveríamos a vivir esos momentos tristes y malos que hemos pasado, que nos ha costado de olvidar y estar felices de nuevo, ya que han marcado una huella en nuestra vida y por nada del mundo volveríamos a pasarlo.
En conclusión pienso que cada cosa ocurre en su momento y no tenemos que volver hacía atras para volver a pasar esos momentos felices porqué esta el inconveniente de volver a vivir esos momentos de dolor y tristeza.
Un saludo.

Mª Ángeles Charcos dijo...

Este texto me parece que es la viva imagen de las personas que viven en paises subdesarrollados que nada más viven en un mundo repetitibo sin poder escapar de su pobreza absoluta. En este mundo donde serepinten sus unicas pesadilla es ver como se van muriendo uno a uno sus hijos y familiere sin poder hacer nada para asumir tal pena.

Anónimo dijo...

La coversación entre el hombre y el enano hablan sobre si la vida se va repitiendo, pero poniendo como ejemplo si el camino se cruza sólo en donde está la roca Instante o si esos dos caminos se unen más veces. El hombre intenta explicar que todo se va repitiendo pero yo digo: las cosas se repiten, pero en diferentes personas y para cada una algo que se ha repetido pero que para él es nuevo, es una experiencia única que la disfruta como si no lo hubiera disfrutado nadie más, entonces la vida se va repitiendo, pero sólo si la vemos desde un punto en el cual viéramos todas las vidas, pero como cada uno vive su vida, siente experiencias únicas, aunque otros ya las hayan vivido.

Respecto al segundo texto, por ahora no se ha demostrado que nadie haya vivido dos veces.

Y Antonio, yo pienso que mucha gente (no toda) le gustaría vivir momentos de su vida, porque ya lo dicen que: "más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer" y yo me incluyo entre ellos, porque a veces un toque amargo siempre sienta bien. Sólo es mi opinión.

Santiago López.

Vicente dijo...

Lo que intenta explicar el mito del eterno retorno es que la vida es un círculo: un círculo que sigue una única dirección que cuando llega al final, a la vez está empezando otra vez desde el principio. En el vídeo esto se puede ver muy bien: al principio hay un árbol, de repente surgen las personas, cortan el árbol, hacen dos casas, se declaran la guerra, mueren, vuelve a aparecer el árbol, vuelven a surgir las personas...
La verdad, si un día se me presentara el demonio y me dijera que la vida ya la he vivido innumerables y que la tengo que seguir viviendo le diría que mi vida ya está destinada. Si mi vida ya se ha repetido con anterioridad, por mucho que me esforzase no podría cambiar nada. Porque si yo me esfuerzo estaría haciendo lo mismo que las veces anteriores, esforzándome, aunque yo no lo sepa. Por otra parte, aceptar el mito del eterno retorno supone aceptar que el destino existe. Así que daría igual pensar en momentos malos o buenos, en si somos felices o no somos felices, eso ya lo tenemos marcado y ya no se va a poder evitar.
Respecto a si quiero que mi vida se repita innumerables veces más, no me importaría, yo no me acordaría de que mi vida ha repetido, me parecería todo nuevo y tendría la impresión de que estoy siguiendo mi vida como yo quiero que sea (y no como ya me viene marcada por el destino). Y aunque viniera el demonio a decirme que lo que estoy viviendo ya lo he vivido con anterioridad, como no me acuerdo absolutamente de nada, no me importaría. De todos modos yo pienso que este mito no puede ser real, porque si lo tomáramos como tal, entcones ¿realmente cuándo empezó esto a suceder?
La canción no se si la he interpretado bien, pero yo lo pongo. Se supone que si la vida se repite infinitas veces, entonces carece de sentido y, por lo tanto, matarnos también carecería de sentido ya que "reviviríamos". Y la letra interpreto que, si sabes tú solo que la vida se repite innumerables veces y los demás no lo saben, matándote estás haciendo que para otras personas la vida pierda el sentido.

Antonio Clavel dijo...

Sí Santi, estás en lo cierto de que "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Pero ahora piensa que durante tu vida se ha muerto un ser querido, tu madre, o una persona a la que aprecias muchísimo, ¿Te gustaría volver a vivir esta experiencia? En mi opinión no, ya que una vez olvidado y sufrido, no me gustaría volver a vivirlo, pero también es cierto que esos momentos malos, ya sabríamos como afrontarlos, pero mejor esperar al destino como dice Vicente, para que tengamos esos momentos buenos. Pero sólo es mi opinión, un saludo.

Santi dijo...

Como ya te había dicho antes, un toque amargo en la vida siempre sienta bien, ya que si todo en la vida fuera bueno y todo fuese felicidad, al final no sabríamos apreciar esos buenos momentos y seguramente, una persona que haya sufrido más apreciará más un buen momento que una persona que viva siempre en los buenos momentos. En conclusión, pienso que la vida tiene que ser variada, tanto en experiencias como sentimentalmente y además, yo pienso que así es como se crea la personalidad de una persona, y una persona que haya pasado por más malas situaciones seguramente luego te podrá ayudar más cuando tú estés en una mala situación. Y por mucho que digamos tú y yo, Antonio, al final (como ha dicho Vicente) vamos a tener que esperar al destino para saber que será de nosotros.

Y me parece que nos estamos yendo del tema del que trata el texto.

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