¿Qué querrías pedirle a la filosofía? ¿Que te alimentara con golosinas y te arrullara en tus errores esperando que te arrebatase la muerte antes de que hubieras entendido nada? Ah, la sabiduría es más punzante que la muerte y sólo el valiente puede amarla. Cuando en la intensidad de la pasión cae súbitamente el velo, nos deja desnudos de todo cuanto creíamos poseer, heridos y destinados a una revelación no terrenal, paseando muertos entre los vivos, sin saber lo que parece que sabemos, sin amar lo que parece que amamos, pero transportados ya a un invisible paraíso donde no existe ninguna de estas cosas, sino un solo compañero, sonriente y silencioso, que día y noche permanece a nuestro lado y que moviendo gentilmente su cabeza nos invita a decir: No, no a todas nuestras locuras.
George Santayana, Locura normal.
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