Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa.

Gilles Deleuze,
Nietzsche y la filosofía

domingo, 2 de mayo de 2010

NIETZSCHE: Textos

Las tres transformaciones

Voy a hablaros de las tres transformaciones del espíritu: de cómo el espíritu se transforma en camello, el camello en león, y finalmente el león en niño.
    Muchas cargas soporta el espíritu cuando está poseído de reverencia, el espíritu vigoroso y sufrido. Su fortaleza pide que se le cargue con los pesos más formidables.
    «¿Qué es lo más pesado?», se pregunta el espíritu sufrido. Y se arrodilla, como el camello, en espera de que le carguen.
    «¿Qué es lo más pesado, oh héroes?», se pregunta el espíritu sufrido para cargar con ello, y que le regocije su fortaleza.
    Lo más pesado, ¿no es arrodillarse, para humillar la soberbia? ¿Hacer que la locura resplandezca, para burlarse de la propia sabiduría?
    ¿O bien separarse de los suyos, cuando todos celebran la victoria? ¿O escalar las elevadas montañas para tentar al tentador?
    ¿O acaso alimentarse de las bellotas y los hierbajos del conocimiento, y padecer hambre en el alma por amor a la verdad? ¿O acaso estar enfermo y mandar a paseo a quienes intentan consolarnos, para trabar amistad con los sordos, con aquellos que jamás oyen lo que uno desea?
    ¿O tal vez zambullirse bajo el agua sucia, cuando es ésta el agua de la verdad, sin apartar de sí las frías ranas y los calientes sapos? ¿O tal vez amar a quienes nos desprecian, y tender la mano a cuantos fantasmas se proponen asustarnos?
    Todas estas pesadísimas cargas toma sobre sí el espíritu sufrido; a semejanza del camello, que camina cargado por el desierto, así marcha hacia su desierto.
    Pero en lo más solitario de ese desierto se opera la segunda transformación: en león se transforma el espíritu, que quiere conquistar su propia libertad, y ser señor de su propio desierto.
    Aquí busca a su último señor: quiere ser amigo de su señor y su Dios, a fin de luchar victorioso contra el dragón.
    ¿Cuál es ese gran dragón a quien el espíritu no quiere seguir llamando señor o Dios? Ese gran dragón no es otro que el «tú debes». Frente al mismo, el espíritu del león dice: yo quiero.
    El «tú debes» le sale al paso como un animal escamoso y refulgente en oro, y en cada una de sus escamas brilla con letras doradas el «tú debes».
    Milenarios valores brillan en esas escamas, y el más prepotente de todos los dragones habló así:
    «Todos los valores de las cosas brillan en mí.
    Todos los valores han sido ya creados. Yo soy todos los valores. Por ello, ¿no debe seguir habiendo un “yo quiero”!» Así habló aquel dragón.
    Hermanos míos ¿para qué es necesario en el espíritu un león así? ¿No basta acaso con el animal sufrido, que es respetuoso, y a todo renuncia?
    Crear valores nuevos no es cosa que esté tampoco al alcance del león. Pero sí lo está el propiciarse la libertad para creaciones nuevas.
    Para crearse libertad, y oponer un sagrado no al deber –para eso hace falta el león.
    Crearse el derecho a valores nuevos, ésa es la más tremenda conquista para el espíritu sufrido y reverente. En verdad, para él eso equivale a una rapiña, a algo propio de animales de presa.
    Como su cosa más santa, el espíritu amó en su tiempo al tu debes. Hasta en lo más santo tiene ahora que encontrar ilusión y capricho, para robar el quedar libre de su amor: para ese robo es necesario el león.
    Mas ahora decidme, hermanos míos: ¿qué es capaz de hacer el niño, que ni siquiera el león haya podido hacer? ¿Para qué, pues, habría de convertirse en niño al león carnicero?
    Sí, hermanos míos, para el juego divino del crear se necesita un santo decir «sí»: el espíritu lucha ahora por su voluntad propia, el que se retiró del mundo conquista ahora su mundo.
    Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: os he mostrado cómo el espíritu se transforma en camello, luego el camello en león, y finalmente el león en niño.

    Así habló Zarathustra.
    Y entonces residía en la ciudad llamada «La Vaca de Muchos Colores».

F. Nietzsche, Así habló Zarathustra

14 comentarios:

lucia olaya dijo...

Creo que en este texto Nietzsche comienza criticando aquello que mas odia, los valores de la sociedad actúal a través de lo que hace uno de los que viven en ella, que llama el espíritu que se transforma el camello pues quiere que carguen en el los “pesados valores” de la sociedad (haciendo uso de la metáfora como a lo largo de todo el texto).

Comienza criticando la humildad, como cuando dice que para el espíritu “lo mas pesado, ¿no es arrodillarse, para humillar la soberbia?, también critica valores del cristianismo que detesta como “¿o tal vez amar a quienes nos desprecian, y tender la mano a cuantos fantasmas se proponen asustarnos?

Su objetivo es que uno de estos “espiritus” que soportan tantas cargas renieguen de estos valores impuestos que nacen de la debilidad, el “tu debes”, y que creen nuevos valores ellos mismos, por eso para ello deben primero tener una actitud destructiva (el león) con los valores que le rodean, para luego dejar esta actitud y tener una voluntad creadora de valores, los suyos (la ultima transformación), como dice Nietzsche “el que se retiro del mundo los valores impuestos por la sociedad) conquista ahora su mundo”, Nietzsche utiliza la metáfora de el niño para el creador de valores pues es el niño no cree en la humildad, ni en la igualdad, ni guarda rencor, el niño solo juega y jugando crea.

David dijo...

Muy bien Lucía, pero este texto no lo he publicado yo, aunque también puedes comentarlo, faltaría más, y por tu comentario veo que te has "documentado", lo cual tampoco está mal, pues gracias a tu investigación has dejado una frase muy interesante: "el niño sólo juega y jugando crea".
Frase que podemos conectar con todo lo que hemos, o estamos, viendo en clase o estáis leyendo en casa. Y ahora me viene a la memoria la película que en su día vimos en clase: La comedia de la inocencia. ¿Qué hacía el niño?

Isabel dijo...

Jugaba a ser director y protagonista de su propia película.

Antonio Clavel dijo...

Buenas! =)

Yo pienso que las tres transformaciones van apareciendo en nuestra vida, por eso, al principio nuestro espíritu se asemeja a un camello, ya que hay veces que no sabemos reconocer nuestros errores o no aceptamos cosas que hemos hecho mal, y eso va siendo como un peso o una carga que llevamos encima, por ejemplo en la pregunta: ¿O tal vez amar a quienes nos desprecian, y tender la mano a cuantos fantasmas se proponen asustarnos?, sería una de las cosas mas pesadas y dificiles, ya que a uno mismo le cuesta amar a los que nos desprecian, por eso sería una carga, como el camello que camina cargado en su desierto, nosotros caminamos cargados en nuestra vida por cosas como esas.
En la segunda transormación, el espíritu se tranforma en el león que es el "yo quiero", que lucha contra el dragón que es el "tu debes", por eso el espiritu se transforma en el "yo quiero" para enfrentarse al "tu debes" ya que no debemos tener siempre el mismo peso, y no podemos estar sufriendo siempre, por eso el "yo quiero", quiere ser feliz y no amando a los que proponen asustarnos que sería el "tu debes".
Por último ese león del "yo quiero" se transforma en un niño para crear su propio mundo con el que decir si a lo que necesitamos y no siempre a lo que queremos, como en el león, por eso necesitamos la última transformación, para tener una vida con lo que necesitamos, no con lo que queremos que no siempre nos hace falta.
Por lo que comenta el texto, en cada persona, su espíritu se va tranformando, que son transformaciones que nos hacen falta para no estar con una carga o un peso, saber lo que queremos y decir si o no, cuando nos sea necesario, pero bueno, es mi opinión y estoy abierto a más opiniones que penséis,

Un saludo =).

Lucia Olaya dijo...

Cierto David, recuerdo esa película, en la que el niño era un auténtico fan de las videocámaras y filmaba todo lo que veía a su alrededor. El niño crea su propio juego en el que cree que su madre es otra persona y empieza a llamar a su madre biologica por su nombre mientras que convence a ésta de que la lleve con la que "cree" que es su verdadera madre. Una pelicula donde se refleja a la perfección la frase " el niño juega, y jugando crea"

Lucia Olaya dijo...

Estas equivocado antonio, has confundido las transformaciones de las que habla el texto con fases de la vida que es muy distinto y voy a decirte el por que, dices que todos sufrimos esas transformaciones pero yo no conozco a nadie que no se encuentre en el primer estado que Nietzsche expone en este texto y dudo mucho que tu si. Hemos aceptado los valores que ya habían sido creados como la humildad y la solidaridad por ejemplo, la transformacion en "leon" implica cuestionar y luchar contra estos valores impuestos (contra el dragon del texto "yo soy todos lo valores"). Por ultimo la transformación en "niño" implica crear otros valores nuevos tu mismo. Segun este texto todos seguimos siendo camellos soportando las pesadas cargas de esos valores que nacen de la debilidad.

Antonio Clavel dijo...

Puede que me haya equivocado o no, pero un texto se puede entender de varías maneras, es decir, "se interpreta". Tampoco es que me haya equivocado del todo, en parte lo comprendí y como bien dices esa transformación del niño implica crear valores, ya que los niños son los que crean, los que tienen muchísima imaginación.
Y respecto a lo que dices que no todos hemos sufrido esas transformaciones, puede que sí, pero estoy seguro que alguna vez en tu vida, has tenido que soportar todos esos pesos, pero bueno solo es mi opinión.

Lucia Olaya dijo...

No digo que puede que te hayas equivocado, afirmo con rotundidad que te has equivocado. Olvidas que no solo se puede interpretar un texto, tambien se puede malinterpretar, pero si te sirve de consuelo te dire que no eres el unico que ha malinterpretado a nietzsche, ya lo hizo un aleman con bigote y compañia hace mas de 70 años y su opinión sobre los textos de Nietzsche como tu dices tuvo un saldo de unos 60 millones de muertos. El autor tenia unas ideas determinadas y no debes creer en que si hay 5 opiniones o interpretaciones (aun no se que quieren decir las comillas que has puesto en esa palabra pues son para señalar que quieres decir algo en un sentido distinto del normal) distintas son todas validas. Ese aleman, Hitler, fue a visitar a su admirado Nietzsche pero este no quiso recibirlo pues detestaba lo que había hecho Hitler al malinterpretar sus ideas.

Por el ultimo parrafo de tu comentario veo que sigues sin comprender nada de lo que Nietzsche dice en este texto, ademas, ni siquiera has leido bien mi comentario porque mi ultima frase dice "Segun este texto todos seguimos siendo camellos soportando las pesadas cargas de esos valores que nacen de la debilidad." en la que dejo claro que todos, incluido yo, estamos soportando ahora mismo todos estos pesos y tu me preguntas que si alguna vez en mi vida he tenido que soportar esos pesos, ademas no he dicho que "no todos hemos sufrido esas transformaciones" he dicho que NADIE de los que nos rodean las han sufrido.

David dijo...

Una aclaración: Nietzsche murió mentalmente en 1889, justo cuando vino al mundo Hitler y definitivamente en 1900, cuando Hitler era un niño (¿travieso?) de 11 años. Hitler sí que coincidió en la misma escuela que Wittgenstein, aunque nunca jugaron juntos a ningún juego, ni de lenguaje, ni de nada.

Lucia Olaya dijo...

Esa anécdota no es real como dices, pero puede ser muy útil para explicar que Hitler malinterpreto a Nietzsche porque este odiaba los valores nazis(ya sé que aun no se había fundado el partido nazi) como el chovinismo y el antisemitismo. Dejo de hablar a Wagner por su patriotismo y odiaba al marido de su hermana por su antisemitismo, no creo que hubiera recibido a Hitler con los brazos abiertos.

David dijo...

Si usar la mentira es útil, entonces malinterpretar también será útil. Pero independientemente de la categoría "útil" o del concepto de utilidad, malinterpretar crea algo distinto, abre nuevas perspectivas, que van más allá de una mera y correcta interpretación de un texto (¿Para quién?). Precisamente Nietzsche fue un maestro de la "malinterpretación" y quién si no un niño es el "más capacitado" para malinterpretar algo (cualquier cosa, ya sea un texto, ya sea una mirada, ya sea un mundo...) y, por tanto, crear algo "nuevo" a partir de algo "viejo".

David dijo...

Y también el error, aunque eso ya se ha dicho por aquí, y si alguien aún no se lo cree que siga leyendo la curiosa anécdota que he encontrado navegando por la red:

"En 1824 se establece el Monopolio Estatal del bacalao. El Sr. Gurtubay pensó. que el negocio podía resultar fructífero siempre que se importaran pequeñas cantidades que pasaran inadvertidas ante los consumeros y empleados de Hacienda.

A finales del 1835 puso un "telegrama" a sus proveedores habituales solicitando cien o ciento veinte bacalaos. Escribió, poco mas o menos lo siguiente: ` "Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior".

(En mis notas figura "Telegrama" desde luego por el telégrafo convencional no pudo ser ya que en España se comenzó a poner en marcha el Telégrafo eléctrico en 1852, en 1855 se habían tendido muchos kilómetros de líneas y en 1856 se creo el Cuerpo de Telégrafos... Tal vez se refiera "Telegrama" a una nota corta manuscrita. Bueno este detalle es lo de menos).

Lo malo fue para Gurtubay que el 100 y el 120 fueron escritos en números. Y tomando la letra "o" por un cero quedaron "1000120". Con lo cual el bueno de Gurtubay recibió un millón ciento veinte bacaladas. Cuando llegaron a Bilbao estuvo a punto de suicidarse. Acepto el envió con responsabilidad y resignación y cuando mas desesperado estaba realizando gestiones para vender parte del pedido en Galicia y Asturias, Bilbao fue cercada por las tropas del pretendiente don Carlos María Isidro. Aquel cargamento fue el que permitió alimentarse a Bilbao durante el sitio de la primera guerra carlista y hacer a Gurtubay poseedor de una inmensa fortuna, una de las fortunas mas grandes de la Villa"

Fuente: http://historiasdelagastronomia.blogspot.com/2006/05/el-bacalao-y-la-fortuna-de-los.html

Lucia Olaya dijo...

No me he expresado bien, no quería decir que usar la mentira es útil, esa anécdota la leí en un texto sobre Nietzsche y la considere verosímil pero ahora que se las fechas exactas reconozco que debería haberla contrastado, es la única frase que quitaría de mi comentario ahora. Nietzsche critica duramente a esta sociedad y a sus fundamentos, su objetivo es crear una nueva sociedad, es que algunos puedan llegar a ese estado de el niño que describe aquí, y una vez hayan llegado a ese estado entonces podrán malinterpretar y por tanto crear como dices, pero si empiezan malinterpretando a Nietzsche y creyendo por ejemplo que Nietzsche no critica a su sociedad sino que explica unas fases de la vida continuaran aceptando los valores de esta sociedad y supongo que coincidirás conmigo en que a Nietzsche no le hubiera gustado nada eso.

David dijo...

Claro que no, porque Nietzsche no es Piaget (famoso por sus aportes en el campo de la psicología evolutiva).

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